La vida está hecha con el collage de pequeños momentos que nos hacen felices. Con frecuencia, la fuerza de la inercia de la rutina provoca que muchos de estos momentos de felicidad pasen inadvertidos para algunas personas ya que los momentos son “porciones de tiempo muy breves” según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española). ¿Te has parado a sentir qué es lo que te hace feliz? Sí, has leído bien sentir que no pensar. Pensar es una actividad mental en la que sólo interviene tu parte más racional. Sin embargo, sentir es una actividad emocional que implica a todo tu ser.
Si no te has parado a sentir lo que te hace feliz, te invito a que pares unos instantes y visualices lo que te da felicidad. Puede ser, por ejemplo, una flor, practicar un deporte, un paisaje, contemplar un cuadro. ¿En qué parte de tu cuerpo sientes la emoción de felicidad? Y, ¿cómo es esta emoción? Por otro lado, si eres de las personas que es consciente de los momentos de felicidad, te invito igualmente a que visualices uno de estos momentos. Y, también, pregúntate: ¿cómo es esta emoción? ¿dónde la sientes?
Responder a estas preguntas te ayuda a conectar con tu esencia y a conocerte un poco mejor. Por eso, ahora que ya tienes identificado un momento de felicidad en tu vida, ¿te gustaría tener más? Para ello, haz una lista de los momentos que quieres crear. Puede ser, por ejemplo, ir en bici por el paseo marítimo, sentarte en la terraza sin hacer nada, colorear un dibujo. Las posibilidades son infinitas. Sólo escribe todas las ideas que se te ocurran. Tener identificados los momentos de felicidad que te gustaría vivir, te permite incluirlos en tu día a día con más facilidad. Puede ser que decidas agendar uno de estos momentos cada día o cada semana. También puede ser que te permitas fluir en tu día a día e incluir uno de estos momentos cuando lo sientas que te apetece. Decidas lo que decidas va a estar bien ya que el que más sabe sobre ti mismo eres tú.
Tal vez te preguntes, ¿para qué necesito crear momentos de felicidad? Estos momentos te van a permitir llenarte de energía positiva. Esta energía además de impulsarte en el resto de tus actividades (p.e. realizar el resumen de la reunión de departamento, calentar antes de empezar a entrenar), te permite vivir conectado a tu esencia. En lugar de dejarte arrastrar por la fuerza de la inercia de la rutina, tu esencia te va a conectar con la fuerza interior innata de tu ser. Y, si lo pruebas, ¿qué puede pasar?
Coach y Comunicadora
(articulista, conferenciante, locutora)
CEO y Fundadora de Conexión Libélula
